Cada cierto tiempo, no sabemos cómo ni por qué, surge una leyenda urbana que advierte del “gran peligro” que supone consumir tal alimento o utilizar cierto producto. En la mayoría de los casos se trata de habladurías que carecen de base científica, aunque también es cierto que, en ocasiones, pueden tener su parte de razón. Esto es lo que ocurre con el plástico, ese material sin el que probablemente pudiéramos vivir y que ha sido acusado ¿injustamente? en numerosas ocasiones de ser el causante de muchos males. Hoy nos gustaría aprovechar nuestro blog sobre manipulación de alimentos para contarte cuánto hay de verdad y de mentira en lo que se dice sobre los envases de plástico.
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Plástico y microondas
Una de las leyendas que gira en torno a los recipientes de plástico es que no deben usarse en el microondas para calentar comida. Pues bien, esta leyenda tiene parte de verdad y parte de exageración. Como expertos en el carnet de manipulador de alimentos en ingles y español podemos asegurarte que, si bien no constituye un peligro mortal ni muchísimo menos, resulta más recomendable utilizar otro tipo de recipientes para calentar comida, como puedan ser los de cristal o cerámica.
La razón debemos buscarla en el bisfenol A. Los plásticos liberan una sustancia llamada bisfenol A cuando son sometidos a ciertas temperaturas y la ingesta de esta sustancia puede provocar alteraciones hormonales y neurológicas, aunque para ello deben consumirse cantidades muy elevadas y durante muchísimo tiempo, incluso en el caso de bebés, tal y como especifica la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria. No pasa nada por calentar la comida directamente en el tupper de siempre, aunque insistimos en que tampoco debes convertirlo en una práctica habitual.
Es cierto que existen algunos tuppers de plástico especialmente concebidos para portar alimentos y a la vez, calentarlos en el microondas. Para saber cuáles son, debes fijarte en la parte posterior donde suele aparecer un pequeño dibujito de un tenedor y una copa que simbolizan su capacitación para albergar alimentos y junto a ellos, una especie de rayo en zigzag que simboliza que son aptos para calentar y congelar comida.
Plástico y agua
Al igual que les ocurre a los tuppers de plástico, existen muchas teorías que aseguran que el uso de botellas de plástico puede resultar tóxico para las personas que consumen los líquidos que contienen.
En primer lugar, es necesario tener claro que no todos los envases de plástico poseen la misma composición química. En el caso de las botellas de agua o refrescos, su principal componente es el PET (politereftalato de etileno), uno de los materiales más utilizados por la industria alimentaria en general. El hecho de que durante la fabricación de PET se utilice antimonio despertó la voz de alarma sobre si las botellas de plástico eran seguras, especialmente una vez transcurrido cierto tiempo. ¿Resultan peligrosas o no?
Debido a la preocupación generada con este tipo de envases, el Instituto de Geoquímica Ambiental de la Universidad de Heidelberg midió la presencia de antimonio en 48 marcas de agua embotellada europeas y 15 canadienses y, aunque efectivamente hallaron en ellas elevados niveles de antimonio, esos niveles siempre estaban por debajo por los límites establecidos por las autoridades sanitarias y la OMS. Es por ello por lo que, una vez más, el plástico fue sometido a un juicio popular injusto, ya que en ningún caso puede considerarse un material tóxico de cara al almacenamiento de bebidas como agua o refrescos.
En definitiva, sea mejor sustituir los envases de plástico por los de cristal o no, lo ideal antes de tomar ninguna decisión, es no caer en la psicosis e informarse a través de fuentes fiables. .
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