Seguro que en más de una ocasión has oído hablar de los Alimentos Alcalinos y del pH sin tener muy claro de qué se trata y qué papel juega en nuestro organismo. Para empezar, decirte que el pH hace referencia al grado de acidez o basicidad que tiene una solución acuosa. Partiendo de esta definición y aplicándola al cuerpo humano, el pH de los fluidos de nuestro cuerpo (sangre, orina…) debe ser neutro para garantizar el perfecto funcionamiento de todos los órganos, como el corazón o los riñones, e incluso afecta a los músculos y los huesos, salvo en el caso del estómago, que debido a los jugos gástricos tiene su propia naturaleza ácida. Cuando el pH deja de ser neutro y pasa a tener un valor ácido, las enzimas digestivas y metabólicas y los órganos trabajarán por debajo de su nivel, lo que repercutirá en el estado de salud genérico.
Dicho de otra forma: un cuerpo alcalino es un cuerpo más sano que un cuerpo ácido. Cuando nuestro pH se descontrola y adquiere valores ácidos (el pH en sangre debe estar entre el 7,35 y el 7,45), nuestro cuerpo será más susceptible de sufrir enfermedades porque los órganos, las células y la sangre se encuentran en un entorno hostil. Las consecuencias de tener un cuerpo ácido son muy variadas: desde sufrir jaquecas, aumento de peso, dolores de espalda, falta de vitalidad, insomnio… a otras mucho más graves como facilitar el terreno al cáncer o la osteoporosis.
Lo que ocurre es que la alimentación que se ha impuesto en nuestra sociedad actual incluye una alta cantidad de productos que acidifican el organismo como es el caso de los azúcares y harinas refinadas, los productos procesados y los carbohidratos. Hemos de cuidar cada uno de nuestros órganos, por ejemplo ingiriendo a menudo alimentos depurativos para el higado.
Además del aspecto ecológico, desde el punto de vista de la salud, deberíamos reflexionar sobre lo adecuado de consumir productos alimenticios pre-elaborados que incluso llegan a calentarse y consumirse en los propios envases de plástico frente los beneficios de los productos frescos y aquellos que no soportan unos complejos procesamientos industriales.
Seguir una dieta rica en alimentos alcalinos (que al menos el 70% del total de los alimentos ingeridos lo sean) influye de manera positiva para que los nutrientes sean asimilados y transportados hasta los lugares en los que el cuerpo los necesita.
¿Cuáles son los alimentos alcalinos?
Pues una dieta que busque preservar la alcalinidad del organismo da prioridad a tomar alimentos como verduras, hortalizas, frutas, frutos secos naturales, leches vegetales, miel, pescado, pastas y arroces integrales, legumbres, semillas germinadas, hierbas aromáticas naturales e infusiones (te, menta poleo, manzanilla, rooibos). Por ejemplo, sustituir el cacao instantáneo por cacao puro o el arroz ordinario por uno integral, son gestos muy sencillos pero muy efectivos de cara a que el pH de tu cuerpo se mantenga en los niveles óptimos. De esta manera estarás contribuyendo a que tu cuerpo sea menos ácido, y por lo tanto más sano.
En definitiva, se trata de seguir una alimentación sana en la que primen los productos sin transformar naturales y no los manufacturados o refinados para recuperar el vigor, reforzar el sistema inmunológico, eliminar impurezas y sentirse más sano. En el Centro de Formación Nacional, donde impartimos a diario cursos manipulador de alimentos, sabemos mejor que nadie que somos lo que comemos. Por eso, apostar por una dieta equilibrada y natural es el mejor camino para ser personas más saludables.
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Sin duda, los alimentos alcalinos deberían ser algo que tendría que tenerse en mejor consideración.
Un Saludo y gracias por el aporte.